Su gira se llama 1999, y nos transportan a ese año, un año cargado de amor y desamor (todo descrito siempre por el cantante para ir enlazando cada tema).
El concierto empezó con la hipermegaconocida: "allí donde solíamos gritar" y a partir de ahí continuan las idas y venidas de todas las relaciones del año 1999, (desde la chica que tenía tantos piercings que la podía poner de imán en la nevera hasta la que le puso los cuernos con el amante guisante, o algo así).
Lo malo del concierto, es que todas las canciones te iban llevando a los "universos infinitos" de las relaciones pasadas. Han sido 2 horas de repaso de todas esas personas (las buenas y las malas) resultando fácil quedarse abstraído pensando en demasiados recuerdos.
Todo terminó con una noche de fin de año, donde sólo nos faltó el cotillón.
Después de todas las idas y venidas, los "incendios de nieve" y calor, la última canción habla de la ruptura, que se produjo esa misma noche de fin de año.
Mientras, yo estaba en mi mundo paralelo de aquellos años (algunos más tarde), un "domingo astromántico" cuando me iba para casa enfadada (después de una noche de fin de año, para variar, desastrosa). M. me quiso acompañar a casa y por que no.. tomar un chocolate antes de meterme en cama y despertar resacosa y malumorada en el año nuevo.
Recuerdo que en el sitio había demasiado ruido;
M. hablaba bajito, y no sé si por el cansancio o por la vergüenza de no entender nada, yo sonreía y asentía todo el tiempo con la cabeza. (Sin saber que el pobre chico llevaba más de 10 minutos diciendome que estaba enamorado de mi).
El ejemplo perfecto de lo que ocurre en las "noches reversibles".
Malditas/benditas noches de fin de año!
Iria
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